La nevera, un pilar fundamental en el hogar, mantiene los alimentos de la familia en buen estado. Sin embargo, este elemento de cocina también requiere de cuidados para su ideal funcionamiento y extender su vida útil.
Este electrodoméstico genera calor, especialmente en su parte trasera, donde se encuentra el motor. Al colocar otros aparatos encima, como microondas o tostadoras, estamos creando una especie de sauna en miniatura.
Otro tipo de artículos que a menudo se colocan sobre este electrodoméstico son los objetos pesados o voluminosos, como ollas grandes, cajas de almacenamiento, o incluso utensilios de cocina que no se usan con frecuencia. Si bien esto puede parecer una solución temporal para organizar una cocina, existen varios riesgos asociados a esta práctica.
La mayoría de las neveras no están diseñadas para soportar grandes pesos sobre su parte superior. Aunque pueden manejar ciertos objetos ligeros, los elementos pesados pueden dañar la estructura externa y comprometer el funcionamiento interno del aparato.
Este tipo de objetos pueden bloquear las rejillas de ventilación o el espacio de aire necesario para que la nevera funcione adecuadamente. Al obstruir esto, el electrodoméstico puede trabajar de manera menos eficiente, lo que lleva a un mayor desgaste y posible avería.
Aunque puede ser tentador usar el espacio sobre la nevera para almacenar frutas, pan u otros productos perecederos que no necesitan refrigeración, esto no es recomendable. El calor que emite este aparato puede acelerar el proceso de descomposición de estos productos.
Además, esta situación también puede afectar la calidad de ciertos alimentos. A largo plazo, esto puede llevar al desperdicio de alimentos y a la necesidad de reemplazarlos con mayor frecuencia.
Fuente: Semana
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