Estamos muy acostumbrados a mirar hacia el cielo nocturno y ver a nuestro satélite, la Luna, que nos acompaña como un místico y lejano faro de luz. Por ello, es posible que muchas veces se nos olvide que este objeto astronómico es único e imprescindible para la Tierra.
Te invitamos a conocerlo mejor, con todas sus características y algunas de las curiosidades que esconde a plena vista desde hace algo más de 4.500 millones de años.
Cabe señalar que la Luna, único satélite natural de la Tierra, ha sido desde la antigüedad, objeto de muchas historias tan sorprendentes como inverosímiles; probablemente es la manera con que el ser humano exterioriza la conexión y admiración que siente por este astro mágico y misterioso. Se cuentan por millones las pinturas, libros y cuentos dedicados a la también llamada “Dama de la noche”.
Pero no todo es magia y misticismo cuando se habla de este astro; ya que también son inmensamente abundantes las investigaciones, teorías y certezas, que los científicos han desarrollado sobre la Luna. Es por esto, que se sabe con precisión su distancia de la Tierra, su influencia en las mareas y la duración de los días; y también la teoría de que juntas, forman un sistema binario.
Por otra parte, es importante destacar que desde 1958, en plena guerra fría entre USA y la URSS, se ha realizado casi un centenar de misiones a la luna; suscitando la llamada Carrera Espacial, precisamente con la exploración lunar como principal objetivo. Años más tarde, entrarían en juego otras naciones, principalmente de Europa y de Asia.
Cuándo y cómo se formó la luna
Tal como se comentó al principio, La luna se formó hace 4.500 millones de años, según los análisis de datación por isótopos radiactivos. Esto da a entender que el inicio de la conformación lunar, ocurrió luego de casi 100 millones de años de haberse formado el sistema solar.
Ahora bien, describir con exactitud cómo se formó este satélite, es un aspecto que hasta la fecha no está claramente definido; pues todo se basa en teorías surgidas de diferentes investigaciones. Asimismo, a medida que se han obtenido datos cada vez más abundantes, más se abre el abanico de posibilidades y todo se enrumba al descarte por comparación con datos que sí han sido probados.
En ese sentido, una de las principales fuentes de información sobre la formación lunar, se basa en el análisis geológico de los planetas interiores del sistema solar. Esto parte de la similitud que presentan, por ser planetas rocosos, y por su densidad; ya que la de Venus es de 5,2 g/cm3, Mercurio cuenta con una 5,4 g/cm3 y la de la Tierra se sitúa en 5,5 g/cm3.
Fuente: NG