La Oficina de Derechos Humanos de la ONU informó sobre un aumento de ejecuciones públicas en Corea del Norte, relacionadas al consumo o la distribución de contenido audiovisual extranjero.
De acuerdo al informe, el incluso recibir noticias, música o películas internacionales ya es considerado un acto de traición según las leyes vigentes desde 2011.
El estudio se apoya en los testimonios de más de 300 personas que lograron escapar del país en la última década. La investigación indica que la expansión de la vigilancia tecnológica ha permitido al régimen tener el control de dispositivos personales y conversaciones privadas, intensificando la represión del pueblo.
No solo los productores o distribuidores son castigados; quienes reciban o compartan material extranjero sufren las mismas penas. Las nuevas reformas legales siguen sin mejorar las garantías judiciales, y los acusados siguen sin tener acceso a buena defensa.
El informe resalta la vulnerabilidad de los menores de familias pobres o huérfanas, quienes son sometidos a integrarse en “brigadas de choque” en minas de carbón y grandes obras. La criminalización del acceso a medios extranjeros es base para justificar trabajo forzado en dichos grupos sociales.
Volker Türk, Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, señaló que la juventud que escapa del país sueña con una vida diferente, pero debe sufrir de constantes censura, amenazas y castigos extremos. La represión cultural es un arma para el control social y político en Corea del Norte, aislando a la población y castigando a quienes quieren una realidad diferente.
Fuente: Pegaísima 91.7 FM – Claudia Guarecuco – Con información de Versión Final.
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