El abrupto aumento del índice inflacionario en Bélgica se ha visto reflejado en el precio de los alimentos, las altísimas facturas de la energía y la frustración con políticos y empresarios. Ante esto, miles de personas salieron este miércoles a las calles para hacer notar su descontento. Ellos exigen que los políticos locales naciones y europeos, actúan de forma inmediata.
Los manifestantes también protestan por la falta de poder adquisitivo. Esperan que se modifique una ley de 1996 sobre el bienestar de los trabajadores para que los sindicatos puedan negociar subidas salariales. Pero la política belga es compleja. Los habitantes reiteran que el gobierno del país “no hace nada” para contrarrestar la situación.
Fuente: Euronews