El uso de mascarillas tiene por objeto proteger a las personas que las usan del contacto por gotitas y salpicaduras que pueden contener gérmenes.
Éstas son de uso imprescindible entre los profesionales del área de la salud, pero, además, se volvió obligatorio su uso, para ayudar a frenar la transmisión del Covid-19.
Desde marzo de 2020 el estado venezolano decretó cuarentena nacional y exigió el uso obligatorio de cubrebocas como una medida de cuidado de sí mismo, de los seres queridos y la sociedad en general.
Aunque ya ha sido levantado el decreto, en muchos lugares siguen exigiendo el uso de mascarillas para permitirle el ingreso, sobre todo, ante la presencia de síntomas de infecciones respiratorias, tos, fiebre y dolor de garganta.
No obstante, como todo en exceso, el uso de tapabocas también resulta poco saludable. Te contamos por qué.
Beneficios del uso de mascarillas
Como señalamos, esta es una herramienta de protección que ayuda a bloquear las partículas de los virus, y evita que los alérgenos presentes en el aire, entren en la nariz, la garganta y los pulmones.
Además, reduce el riesgo de contagios por coronavirus, y hasta mejora algunas patologías respiratorias muy frecuentes entre la población, como la alergia.
Desventajas
Expertos señalan que el uso de mascarillas está provocando el empeoramiento de afecciones cutáneas o propiciando otras como, la dermatitis atópica, el acné y la piel rosácea.
Por otra parte, su uso da lugar a fatiga respiratoria, peor ventilación pulmonar, dolores de cabeza, fomenta el asma y la bronquitis, indican en el sitio web fisioatlaxis.
También pueden provocar aftas bucales, gingivitis, amigdalitis y faringitis.
De igual manera, los cubrebocas reducen el flujo de aire que entra, y el cerebro interpreta peligro por falta de oxígeno, por lo que hace que respiremos por la boca para asegurar la entrada del mismo.
Finalmente, según el estudio realizado por un grupo de investigadores alemanes del Departamento de Psicología, Universidad de Ciencias Aplicadas FOM, demuestra un aumento de fatiga. También el excesivo uso de mascarillas aumenta el dióxido de carbono en sangre, disminuye la saturación de oxígeno en la sangre, aumenta la frecuencia cardíaca y la presión arterial.
Incluso, el estudio arrojó que las personas que usan las mascarillas con más frecuencia, presentan disnea, mareos, sensación de calor y humedad, somnolencia, disminución de concentración y agotamiento.
Fuente: 2001