En el mundo del béisbol, el nombre de Carlos “Cookie” Carrasco no solo es sinónimo de talento en el montículo, sino también de una resiliencia inquebrantable. El lanzador barquisimetano ha forjado una carrera notable en las Grandes Ligas, superando obstáculos que van mucho más allá del terreno de juego. Su historia es un poderoso relato de superación, desde su infancia humilde hasta su épica victoria sobre una enfermedad mortal.
El camino de Carrasco comenzó en un entorno de carencias en Venezuela, donde su pasión por el béisbol lo ayudó a perseguir su sueño de la infancia. A los 16 años, firmó su primer contrato profesional con los Filis de Filadelfia, un logro que le permitió dejar atrás las dificultades económicas. En 2009, debutó con los Indios de Cleveland, estableciéndose como un lanzador confiable y dominante.
Sin embargo, el mayor desafío de su vida no fue en el béisbol. En 2019, en la cima de su carrera, fue diagnosticado con leucemia mieloide crónica. A pesar del devastador pronóstico, Carrasco decidió luchar con una determinación admirable, sometiéndose a un riguroso tratamiento. Su fuerza y esperanza, apoyadas por su familia y la comunidad del béisbol, se convirtieron en una fuente de inspiración para muchos.
El 1 de septiembre de 2019, tan solo tres meses después de su diagnóstico, “Cookie” hizo un emotivo y triunfal regreso al montículo. Este no fue un simple acto simbólico, sino el inicio de un nuevo capítulo en su carrera. Continuó lanzando con la misma pasión, demostrando que la enfermedad no había mermado su espíritu. Su regreso exitoso le valió el Premio al Regreso del Año, un reconocimiento que selló su victoria sobre la enfermedad y lo consolidó como un verdadero héroe del deporte.
Fuente: Pegaísima 91.7FM- Daimal Gómez Pasante de UBV
